Este sábado 24 de Marzo, la Sala Borja de Valladolid recoge el evento donde sentiréis la danza de un modo diferente. Podréis disfrutar de un gran espectáculo de Bollywood, Danza Tribal y Oriental Fusion donde la unión entre los distintos elementos de la naturaleza toma protagonismo.
El festival cuenta con la presencia de más de 30 artistas de renombre, entre las que se encuentran Lucía Wegner (Chandra), con su grupo Absinthe Tribal Batallion (ver entrevista a Lucía Wegner), Insomnia, Haima, Layla Dilshad, Ajna, Vanesa y Silvia Montalvo y la ganadora del concurso El 5º Elemento; Delirium.
Si os interesan más los talleres, en Vilafranca del Penedès podéis apuntaros al Taller de Dansa Cíngara Oriental, de la mano de Farasha, dansa oriental i creativa.
Otra propuesta que ya se aleja de la Danza Oriental viene de la Escuela El Hada Verde, que nos adentra en el mundo del twist con suintensivo de Lindy Hop y Balboa Dance. El curso se impartirá los días 24 y 25 de Marzo.
Y por último queda mencionar el espectáculo del que ya hablé en mi entrada anterior del blog:Arte y Femineidad: La Danza de la Diosa, de Larissa Vesci. Allí participará, entre otras, la excelente bailarina de ATS (American Tribal Style) Marisa Bârtok.
¡Contaremos con la entrevista a Marisa Bârtok el primer fin de semana de Abril!
El próximo sábado 24 de Marzo, el centro de arte Villa de Miraflores ofrecerá el espectáculo 'Arte y Femineidad: LA DANZA DE LA DIOSA'. El evento viene de la mano de Larissa Vesci y tendrá como fin la integración de danza y poesía con los arquetipos de Carl Jung. El tema principal será la femineidad.
Con motivo del mes de la mujer, este acto se realizará dentro del ciclo 'Mujeres Creadoras', y contará con la presencia de artistas como Najat Chek y La Perla del Atlas, Larissa Vesci, Marisa Bârtok y Eugenia Carrillo.
Licenciada en Bellas Artes y estudiante de Antropología Social y Cultural, Lucía Wegner (Chandra) es una polifacética bailarina que domina todos los estilos de la Danza Oriental. Actualmente, dirige la escuela El Hada Verde y a la compañía de danza Absinthe Tribal Batallion. También es profesora de Tribal Fusión y ha creado su propio método dentro del estilo Gótico al que le ha dado el nombre de 'Nigrum et Albus'. P. Sólo tenías 4 años cuando empezaste a bailar, ¿cómo descubriste que querías dedicarte a la danza?
R. Empecé a ir a clases de Ballet porque me llevaron mis padres. Querían que aprendiera algo de música, que hiciera alguna actividad psicomotriz... Al final resultó que aquello se me daba especialmente bien y así comenzó mi interés por la danza.
P. Estudiaste Bellas Artes y estás terminando Antropología Social y Cultural, ¿cómo afecta esto a tu enseñanza de la danza? R. Me parece que es útil en muchos aspectos. Bellas Artes me da una serie de herramientas artísticas que a lo mejor otra gente no tiene. A la hora de componer coreografías, para mí o sobre todo de grupo, tengo una visión escénica muy de composición, las cosas que hago son muy gráficas. Yo uso el escenario como si fuera un cuadro o una fotografía. También creo que el tema de la estética es bastante importante. Para mí la música, el propio movimiento que es la danza, y la estética que llevo (a nivel de vestuario, maquillaje, luces...) es un todo. Otra cosa que tiene Bellas Artes es que realmente aprendes a crear. Yo antes tenía un concepto de la creación mucho menos desarrollado, el bagaje que me dio la carrera en este sentido fue bastante importante.
En cuanto a la Antropología, lo puedo relacionar con la danza en el sentido de que me ayuda a ver y entender cosas distintas. Algo que he aprendido en mi carrera como antropóloga es a tolerar lo que es diferente. Por ejemplo, nunca impongo mi trabajo a mis alumnas, intento conocerlas, saber dónde están sus fallos para aprender a guiarlas. Esa amplitud de miras que da la Antropología es muy, muy útil. También me ha aportado el interés por las culturas diferentes. Al hacer una coreografía investigo danzas rarísimas, de pueblos extrañísimos, y se me ocurren ideas y estéticas. Por eso creo que son muy útiles mis estudios.
P. Diriges el grupo de danza Absinthe Tribal Batallion, la escuela El Hada Verde, estudias... Parece mucho trabajo, ¿cómo afecta esto a tu vida personal?
R. ¿Qué es la vida personal? Yo no tengo de eso. (Risas) Procuro, por supuesto, mantener a mis amigos de toda la vida, y cuando tengo un rato salgo a tomar algo. Pero básicamente trabajo desde que me levanto hasta que me acuesto.
P. ¿Cuándo empezaste a interesarte por la Danza Oriental?
R. Después de una crisis muy grande que tuve con el Ballet. Ese mundillo es muy duro, se fomenta la competencia entre tus propios compañeros... y yo no sé vivir así. Competir y pegarme con los que tengo alrededor se me da muy mal, así que lo dejé porque me estaba destrozando. Estuve unos meses sin bailar y después empecé con la Danza Oriental. Quería conocer algo que fuera lo más distinto posible a lo que había visto hasta entonces. Una manera de moverse totalmente diferente.
P. Entonces, ¿no volverías al Ballet? ¿Piensas alguna vez en dejar el Oriental y las fusiones y volver al Ballet clásico?
R. Venazos de esos me dan a menudo. Admiro a la gente que lleva muchos años con su estilo y haciendo siempre lo mismo, pero yo soy un culo de mal asiento. Una vez que más o menos controlo un tema, necesito meterme en otro. De momento estoy con el Tribal, pero el día de mañana: a saber. Si volviera al Ballet sería para dar clase a niños, pero como profesional no. Lo que sí que hago cuando bailo es incorporar cosas de mi propio background, incorporo muchos elementos del Ballet en mis coreografías...
P. ¿En qué estilo (dentro de la Danza Oriental) te sientes más cómoda bailando?
R. Lo que más me gusta bailar es el Gótico, porque me permite una libertad de creación enorme. Puedo crear muchos personajes distintos, para mí eso es muy divertido; encarnar personajes que no puedes ser en la vida real, desde los más oscuros hasta los más angelicales. El Gótico me permite experimentar con la música que quiera, contar historias y ser muy teatral. No me corta la libertad en ningún momento. Me permite ser yo misma.
P. Has creado el método 'Nigrum et Albus', ¿en qué consiste exactamente este método?
R. Es una manera tanto de elaborar mis propios espectáculos como de enseñar a la gente, en base a una serie de personajes con unas características definidas. Es como una guía de qué tipo de movimientos puedes utilizar, qué tipo de expresiones, para que cuando las alumnas quieran contar una historia en el escenario, vayan un poco a lo seguro. Muchas veces quieres contar algo y acabas sin saber si la gente te está entendiendo bien, con este método se dan unas herramientas básicas para contar una historia de manera que el público la comprenda.
P. ¿Cómo te sientes cuando bailas?
R. Para mí bailar es como jugar. Como cuando era pequeña: “vamos a jugar a ser un bicho malvado”, o a ser una Pin-up, o lo que se me ocurra. Cuando me subo a un escenario voy con la ilusión de dejar de ser yo y pasar a ser mi personaje, eso me encanta.
P. ¿Cuál es tu mayor miedo?
R. Creo que perder la salud. Tener una lesión grave, una enfermedad que me haga tener que dejar de bailar.
P. ¿Cuál es tu mayor inspiración?
R. Depende de lo que esté bailando, pero me inspiro mucho en el cine. He utilizado muchísimo Drácula, también ideas del cine antiguo; Nosferatu, Metrópolis, el expresionismo alemán. Me fascina el cine. También me inspiro mucho en lo que veo a mi alrededor, los animales, la manera que tienen de moverse me ha servido para muchos pasos.
P. ¿Qué nuevos proyectos estás preparando?
R. Varias cosas, con mi compañía tenemos un espectáculo que estamos haciendo poquito a poco y que se llama Mardi Gras, basado en el carnaval de Nueva Orleans con toda la mitología que lo rodea. Ese es nuestro proyecto más grande. Luego hay un montón de pequeños proyectos, colaboraciones con otras bailarinas, espectáculos... mil historias.