Junto con el bazar, montado en la escuela D'Ambra Dance Project con productos de Silentium Noctis, Puntadas Paganas, María Martín, Tribal Bazar, Cadmium Rose y Mundo Tribal, hubo un éxito total de los talleres, que no solo se llenaron sino que en algunos casos como el de Martnisha y Lady Vamp, hubo que duplicarlos para que más gente pudiera apuntarse. Las opiniones de las participantes en los talleres variaban entre "me ha encantado" y "ha sido la hostia" (con perdón de la expresión).
Pero se podría decir que el plato fuerte de este fin de semana perfecto fue la gala del Generation Tribal Fest, donde los artistas que habían ofrecido sus talleres el día anterior pudieron mostrar su danza al público. Si el Open Stage ya había apostado fuerte, la sala Galileo Galilei de Madrid pudo presenciar uno de los que sin duda fue de los mejores eventos del año. La variedad de las actuaciones unida a la personalidad que en cada una de ellas se encontraba hicieron que la gala brillara con luz propia. Precisión, coordinación, originalidad y sobre todo mucho arte en las actuaciones de estos profesionales del Tribal.
¡A prepararse!
Los momentos antes de una actuación siempre son tensos, hay que hacer mucho en poco tiempo, pero cuando lo haces entre amigos, todo es mucho mejor. Así fue el ambiente que se percibía en el backstage; unas que se saludan y se abrazan, otras charlan animadamente mientras se visten y se maquillan. Y mientras cada una espera su turno en salir, ven a sus compañeras y se emocionan con ellas.
Preparados, listos...
La primera en salir al escenario es Anegda, ganadora del Open Stage y excelente bailarina, que tanto en las pausas como en los movimientos continuos denota una gran expresividad y control de la técnica.
A continuación, Baobab presentaron un baile de ATS aunque con elementos hindúes, muy alegre y colorido. "Queremos mostrar la alegría de esta danza, la celebración, la fuerza del grupo y la complicidad entre las bailarinas" afirma Baobab.
Absinthe Tribal Batallion dan un toque teatral y divertido con su actuación de Tribalesque (fusión de Tribal y Burlesque). Con globos en forma de corazón y sonrisas encantadoras animan al público, que aplaude insistentemente. "Queríamos hacer algo divertido, pasarlo bien y que la gente lo pase bien con nosotras, hacer algo alegre y variado" comentan.
Haima es la siguiente en bailar, pero no sale sola, porque lleva a su bebé dentro. Transmite ternura y tranquilidad para luego dar un giro enérgico a su coreografía. Es una fusión pero con mucho de ATS "es con lo que más identificada me siento" dice Haima, "también he elegido el tema de Kill Bill por la protagonista, que es una madre luchadora, es un homenaje que le hago a mi chiquitilla".
La bailarina madrileña Rocío Teywaz lleva ya unos años viviendo en Cantabria, y presenta un número muy intenso de Tribal Fusión donde el tema principal de su coreografía es la nostalgia por echar de menos su lugar de origen.
Con unas bonitas figuras iniciales, Arabesque se hace con el escenario. Su baile está lleno de referencias a las danzas de la India, la paz y la tranquilidad, pero sin dejar de lado la energía y la perfecta coordinación. "Con las poses intentamos transmitir a los dioses del templo" comentan, "es un contraste entre la fuerza del tribal y la paz del hindú".
Animando al público y con detalles cómicos, el grupo Meigas Tribal hace un número atrevido y alegre de fusión vintage. "Queremos que la gente se ría, que se divierta, y si se quieren poner a bailar... Que bailen".
Las siguientes en salir son Ecos de Arena, que con una coreografía impactante de fusión con danza contemporánea, representan el destino y lo inevitable de su llegada. La música de O Fortuna de Carmina Burana enmarca este baile donde la expresividad y la sincronización entre las dos bailarinas es una constante.
Lía Clars, por su parte, se muestra muy intensa y precisa en una fusión lírica hip-hop. En su coreografía muestra el perfecto control del cuerpo y lo que se puede conseguir "con un poco de perseverancia". Su final resulta sorprendente ya que termina con una percusión hecha con un solo de batería.
Si hasta el momento cada número había sido diferente aunque su esencia había sido siempre el Tribal, el siguiente bailarín da un giro de originalidad al evento. Miguel Palomera sale al escenario con su representación de Segismundo, el protagonista de la obra de Calderón de la Barca La vida es sueño. Si bien Miguel era el artista más controvertido por lo desconocido de su baile: la danza Butoh, no dejó a nadie indiferente. Sobre la intención de su coreografía, Miguel comenta: "no bailo para el público, bailo para mí. Es una danza muy interior, muy visceral, bailas contigo mismo". Con un número sobrecogedor y sonando de fondo el monólogo de La vida es sueño "ay, mísero de mí, y ay, infelice", Miguel Palomera interpreta con su cuerpo la prisión en la que vivió Segismundo y muestra a la perfección su deseo de libertad.
Después de un breve descanso la fiesta continúa con Basma, que arranca con una versión del tema So payaso y que lo llena con una técnica perfecta de ondulaciones. La música da un giro y pasa a sonar una canción de reggae con dubstep en la que Basma muestra un control absoluto del cuerpo en unos movimientos enérgicos y llenos de fuerza. Una coreografía muy lograda e impactante. "Quiero transmitir sobre todo buen rollo, hacer algo de tribal más animado y no tan contenido como suele ser" comenta.
Duendes de Oriente, a continuación, muestran su arte con una fusión karsilama, representando una lucha entre gitanas. Destaca la sincronización entre las bailarinas y unos movimientos muy marcados y bien hechos.
La siguiente en actuar, Esty, se muestra enigmática envuelta en una capa que suelta y recupera a lo largo de la coreografía. Elegancia, fluidez y contrastes forman parte de su baile. "Voy a transmitir mi estado actual, introspección absoluta, bailo para mí misma" afirma Esty.
Con un toque de misterio y una coreografía inspiradora, Delirium se hace con el escenario vestida de blanco e inspirada en la Santa Compaña, la procesión de almas que caminan en busca de aquellos que van a morir. Delirium es a su vez el espíritu que vaga errante y la persona que está a punto de fallecer. Una actuación casi teatral en la que impresiona tanto la precisión en el control del cuerpo como la sincronización con la música.
Vanesa Montalvo no se queda atrás, recuerda a una sirena con su elegancia y sensualidad. Con una coreografía de Tribal Fusión con pinceladas de ballet clásico, resulta impactante por la perfección de sus movimientos. "Quiero transmitir tranquilidad, y aunque casi todo es suave, hay torbellinos en la música que marcan contrastes" comenta.
Hipnotizada por una fuerza superior, Vicky Qamar se mueve a través de unos hilos invisibles que la conducen. Muestra un control de la técnica admirable y un cambio total de registro tras "despertar de su hipnosis". Tras liberarse del trance, la libertad y la alegría la llenan hasta que al final de la coreografía llega el momento de echarse a dormir.
Con ondas al agua en el pelo y estilo años 20, Lady Vamp se muestra alegre y sensual. Cambia su registro habitual para hacer una coreografía coqueta y elegante con música de la leyenda del jazz Duke Ellington. El público se anima desde el momento de su salida al escenario porque además de ser una espectacular bailarina, Lady Vamp tiene un encanto especial.
A continuación, es el turno de la creadora del evento, Martnisha. Citando su presentación, ella es "alma y creadora del evento" ya que no solo Martnisha es Generation, sino que "Generation es Martnisha". Sale a bailar con la energía y fuerza que la caracteriza, con sus ondulaciones y layers infinitos, demostrando una gran flexibilidad y coordinación. Como algunas personas del público comentarían después "mueve partes del cuerpo que algunos no sabemos ni que existen". Impresionante.
Recién llegada de EEUU con motivo de la ocasión, la fantástica bailarina de Tribal Barakalofi hace una fusión con Funky utilizando el tema Harder, Better, Faster, Stronger. Una coreografía muy cañera y original con la que esta bailarina se muestra alegre y llena de vida.
Héctor El-Turko hace su aparición en escena con pulseras, gafas y hasta una darbuka luminosa. Como siempre, Héctor consigue animar al público con su forma de llevar el ritmo, esta vez con una mezcla con música electrónica. Tras una breve salida del escenario, reaparece tocando el timbao (un instrumento brasileño muy utilizado en batucadas), una muestra de la versatilidad de este músico.
El último número de la gala lo protagoniza el grupo Adasha, que en su coreografía de fusión con Danza Contemporánea muestran el paso del tiempo y cómo debemos aprovecharlo. Destaca la figura del reloj inicial y la perfecta coordinación entre las componentes del grupo.
Llega el momento de la despedida, y ya que hay que decir adiós, ¿qué mejor forma de hacerlo que bailando? La gente sube al escenario y todos salen a bailar en una macro improvisación de ATS.
Con un éxito rotundo, el Generation Tribal Fest 2014 va a ser muy difícil de superar, tanto por la organización del evento como por la calidad de los participantes. La variedad, originalidad y la técnica son constantes en este festival.
Solo queda pensar... ¿Cómo será Generation Tribal Fest 2015? ¡Ya queda menos para averiguarlo!
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