Dorisha Ovalle es una entusiasta y magnífica bailarina y profesora de Danza del Vientre. Cursó estudios de Periodismo, profesión que ejerció durante ocho años, pero finalmente decidió dedicar su vida a la danza. Actualmente es la directora de la Escuela Dorisha e imparte clases de Danza Oriental, Bollywood y Pilates.
P. ¿Qué fue lo que te hizo dejar el Periodismo?
R. No lo he dejado del todo. En algún momento me plantearé escribir de nuevo, pero a lo mejor columnas o un libro. Pero ejercer como tal en un medio de comunicación creo que ya no lo haría, porque lo que te enseñan en la universidad y lo que tú aprendes en los medios es muy diferente. La objetividad no existe, es mentira. Estamos sujetos a lo que quiere la gente que dirige la publicidad, la gente que paga los anuncios. Estamos también sujetos a la inclinación política de los dueños del periódico.
En mi país yo pasé por una crisis, porque hubo una problemática con un banco acusado de estafar y de tener dinero en negro, y yo trabajaba en uno de sus periódicos. Mi periódico cerró y nos quedamos ochocientas personas en la calle. Tuve la suerte de conseguir trabajo a los tres meses, pero eso ya no me gustaba porque pasé de hacer reportajes de interés a escribir sobre banalidades. Hubo un momento en el que yo ya alcancé mi mayor cargo, era sub-editora y yo sabía que ya de ahí no iba a pasar porque yo no tenía ni apellido ni tantos amigos. Me sentí estancada y tenía ganas de viajar y hacer otras cosas. Fue un "ahora o nunca". Y eso fue lo que pasó.
P. ¿Echas de menos la profesión periodística?
R. A veces. De hecho yo lo utilizo cuando escribo notas sobre algo en particular, sobre suelo pélvico, sobre los músculos... Me gusta mucho investigar, se me quedó la manía, y cuando doy mis clases de Danza Oriental o de Pilates me gusta saber qué músculos están en movimiento, es importantísimo porque cada cuerpo es un mundo. Y yo creo que el hecho de haber estudiado una carrera en la que he tenido que leer tanto, te ayuda bastante.
P. ¿Qué es lo que más te gusta de la Danza Oriental?
R. A mí la Danza Oriental me cambió la vida. Parecería un tópico que yo te dijera esto pero yo vengo de una familia muy estricta, que no me dejaban bailar, así que yo me escapaba (Risas). Era una familia donde ser artista estaba muy mal visto. Y la Danza Oriental me gustó desde siempre, de niña veía un programa de televisión donde bailaba una chica y me resultó fascinante la música. Para mí es una de las músicas más lindas que he oído nunca. Tengo una gran colección de música árabe de hecho. Pero la verdad es que si entré en la Danza Oriental fue para desahogarme, creo que casi todas las personas que se acercan a este tipo de danza buscan un desahogo. Desde el primer día yo quedé súper encantada pero con unas agujetas que tuve que bajar las escaleras sin los zapatos y dije que no volvía. Hacía mucho que no me ejercitaba y dije: "¡yo a esto no vuelvo!" Al final mi amiga lo dejó y yo seguí, y a los seis meses formé parte de la compañía de danza.
P. ¿En qué estilo te sientes más agusto bailando?
R. En el Oriental, en el Egipcio. Yo soy muy de tierra, me gusta mucho el Raqs Sharqi. Muchas cosas se derivan de él, como el báladi, la música del pueblo, o el folclore del sur de Egipto como el saidi. Me siento muy cómoda con ese estilo pero también es verdad que me llamaban mucho la atención otros estilos y otras fusiones. Sobre todo aquellas que tenían que ver con India, que es mi segunda pasión. Empecé a hacer Bollywood, y quise ir un poco más allá e hice clases de Bharatanatyam y de Kathak. Que me gustaría aprenderlas mejor, lo tengo como asignatura pendiente.
P. Fijaste tu residencia en España, ¿fue por su pasado árabe?
R. Para mí es una oportunidad estar aquí porque esa mezcla que hubo está presente en muchísimas cosas, pero profundizando menos te diré que me quedé por amor (Risas). Cuando yo viajé, dejé muchas cosas; mi trabajo, mi estabilidad... Y cuando llegué a Italia, el primer sitio al que fui, me encontré con imposibilidades para muchas cosas. Aunque yo allí trabajé, no podía seguir desarrollándome como quería. Pasé por España a visitar unos familiares, fui al cine y conocí a mi marido. Y ya me quedé.
P. ¿Crees que dejarías España en algún momento?
R. No creo, no lo sé. Ahora mismo estoy muy afianzada. El otro día hablaba con una amiga por el tema de la crisis y no te creas que no se me ha pasado por la cabeza irme a Londres o Alemania, e incluso volver a mi país, pero yo creo que se me haría muy difícil. No creo que me fuera, estoy enamorada de España y sobre todo de Madrid, me encanta.
P. De los lugares a los que has viajado, ¿cuáles han significado más para ti?
R. Italia, me gustó mucho. Y alli yo dejé muy buenos amigos, y muy buenas alumnas.
P. Estudiaste con Cristiane Azem, y Eva Nur, entre otros. ¿Quienes dirías que te han servido de mayor aspiración?
R. Cada una en su estilo me han nutrido mucho, pero una de las personas que más me gustan como profesora es Eva Chacón, me encanta su estilo. Pude acudí a ella para mejorar las carencias que yo tenía. También Cristiane me encantó porque es muy teatral, muy visceral, muy poética.
P. Si pudieras bailar con cualquier persona, ¿con quién sería?
R. Yo solía bailar con un grupo de amigas en mi país. Si yo pudiera ir allí, o ellas venir aquí y bailar juntas, para mí sería lo más. No elegiría a alguien famoso, el culto a la personalidad no va conmigo. No soy una artista de grandes escenarios.
P. ¿Cómo te sientes cuando bailas?
R. Creo que cuando uno baila tiene varias sensaciones. En principio los nervios, porque te estás enfrentando a un público diverso, con diferentes miradas y diferentes energías, y te puedes encontrar con un público acogedor o con un público frío. Así que me pongo muy nerviosa, porque me gusta mostrar todo lo que quiero expresar. Antes de elegir una canción escucho veinte, y al salir al escenario me olvido de todo lo demás, y una vez que termino yo siento el subidón.
P. ¿Qué nuevos proyectos tienes en mente?
R. Tengo en mente hacer unos vídeos con las alumnas. No sólo vídeos explicativos, sino también con coreografías. Me gustaría mucho.